La responsabilidad de experimentar con modelos de ciudadanía mundial eficaz, así como de entender, atender y actuar en nombre de las personas y el planeta mediante principios y prácticas ecológicos y socialmente inclusivos, recae sobre la sociedad civil. La ciudadanía mundial está transformando el mundo del arte, los negocios, la cultura, la educación, los derechos humanos y laborales, la religión, la salud pública y la política, así como nuestra relación con la naturaleza.

Las Naciones Unidas son especialmente importantes para las iniciativas en favor de la ciudadanía mundial. La Carta, que comienza con la frase “Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas” fue el primer documento internacional que extendió el uso del término “organizaciones no gubernamentales” (ONG). En respuesta a las crisis mundiales, las Naciones Unidas han alcanzado varios hitos fundamentales en los últimos a?os, como la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París en 2015 y el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares en 2017. La consecución de estos éxitos habría sido imposible sin el apoyo resuelto y decidido de miles de ONG de todo el mundo. En este artículo se explica la importancia del concepto de ciudadanía mundial para la sociedad civil, poniendo de relieve el papel que esta ha desempe?ado para hacer realidad los ODS.

Ciudadanía mundial y desarrollo sostenible: un marco para la paz y la prosperidad

A pesar de sus defectos y diferentes percepciones, la ciudadanía mundial representa uno de los cambios paradigmáticos más decisivos del mundo contemporáneo. Compartimos tres puntos de vista complementarios:

  1. Es una forma de vida que reconoce nuestro mundo como una red cada vez más compleja de conexiones e interdependencias, en la que nuestras elecciones y acciones pueden tener repercusiones para las personas y las comunidades a nivel local, nacional o internacional1.
  2. Un ciudadano mundial es alguien con un sentimiento de pertenencia a una comunidad mundial emergente y cuyas acciones contribuyen a la construcción de los valores y las prácticas de esa comunidad2.
  3. La educación para la ciudadanía mundial tiene como objetivo empoderar a los educandos para que asuman un papel activo en el afrontamiento y la resolución de los desafíos globales y para que contribuyan de forma proactiva a lograr un mundo más pacífico, tolerante, inclusivo y seguro3.

Los ODS y sus 169 metas son una de las expresiones más significativas y cuantificables de la ciudadanía mundial. Las Naciones Unidas aprobaron los ODS en el septuagésimo período de sesiones de la Asamblea General, celebrado en septiembre de 2015. Su consecución final quedaría plasmada en un mundo compuesto por ciudadanos mundiales que se ocuparían de:

“Crear un mundo con una paz duradera: un mundo sin pobreza ni hambre y donde todas las personas gocen de salud y educación. Un mundo donde honremos y protejamos la vida bajo el agua y en la tierra. Un mundo de paz y justicia para todos”4 [cita traducida].

Para lograr los ODS, debemos: a) entender nuestras interdependencias globales; b) fortalecer nuestra dedicación y nuestro compromiso con la comunidad mundial; y c) preparar a las próximas generaciones por medio de la educación con el fin de conseguir personas empoderadas que puedan resolver desafíos globales. Estos tres temas complementarios se derivan de los puntos de vista expresados anteriormente.

El Grupo de Trabajo Abierto de las Naciones Unidas comenzó a formular los ODS en 2013. La implicación de las ONG en estas negociaciones, según se expresó en su momento, fue excelente en su transparencia y en su compromiso con todas las partes interesadas clave. El Grupo de Trabajo Abierto organizó la participación de la sociedad civil de acuerdo con los siguientes grandes grupos, a los que se unieron posteriormente otras partes interesadas: mujeres, ni?os y jóvenes, pueblos indígenas, ONG, autoridades locales, trabajadores y sindicatos, empresas e industrias, comunidad científica y tecnológica, y agricultores.

Sin un compromiso con la ciudadanía mundial, los ODS se quedan en un mero conjunto de compromisos nacionales. La ciudadanía mundial genera oportunidades para nuevas y decididas alianzas mundiales que aceleran el progreso en el camino hacia la consecución de los ODS, lo que a su vez fortalece un nuevo modelo de prosperidad mundial compartida. Sin embargo, el espíritu de asociación y colaboración no es la forma imperante de compromiso mundial en la actualidad. Por el contrario, en palabras de Torres, la forma más dominante de desarrollo internacional es la globalización desde arriba, o la globalización neoliberal, que da como resultado una reforma basada en la competencia que consiste en pruebas estandarizadas, así como rentabilidad y privatización de las instituciones5.

Según Raskin, con el neoliberalismo giran circuitos de casi todo alrededor del planeta —bienes, dinero, personas, información, ideas, conflictos, patógenos, efluvios— y cada vez a mayor velocidad6. Los desequilibrios resultantes no son sostenibles, pero tampoco lo es un regreso a los nacionalismos, como sugieren algunos. Lo que la sociedad civil debe hacer es fortalecer una amplia gama de alianzas internacionales. Esto implica replantear algunas ideas sobre el desarrollo que se daban por supuestas.

Estamos presenciando la emergencia de una nueva comprensión de nuestro ser, una nueva ontología de la vida. La ciencia de la vida y la humanidad está cambiando de una visión del mundo definida por el individualismo y el atomismo a otra definida por las estructuras globales de interdependencia. El Dr. Martin Luther King, Jr. ofrece una de las expresiones más elocuentes de esta nueva ontología: “Soy consciente de la interrelación de todas las comunidades y estados. No puedo quedarme de brazos cruzados en Atlanta sin preocuparme por lo que sucede en Birmingham. La injusticia particular es una amenaza a la justicia universal. Estamos atrapados en una red ineludible de reciprocidad, unidos en un único tejido del destino. Lo que afecta a uno directamente, afecta a todos indirectamente”7 [cita traducida].

Esta es la ciudadanía mundial expresada como una experiencia espiritual que se orienta por nuestra más profunda comprensión de la verdad. Podemos usar la ciencia y el pensamiento crítico para promover la paz. El diálogo intercultural y las estrategias de resolución de conflictos pueden reducir las violaciones de los derechos humanos. La educación es una herramienta fundamental para erradicar la violencia contra las minorías y las personas desfavorecidas. Nuestro desafío es crear un mundo que afirme los derechos humanos de todos los pueblos para 2030.

Promoción de la ciudadanía mundial por medio de alianzas mundiales

El sistema de las Naciones Unidas promueve prácticas de ciudadanía mundial a través de muchas instituciones diferentes. Las relaciones formales con las ONG se mantienen a través de tres órganos y departamentos principales: el Consejo Económico y Social (ECOSOC), el Departamento de Información Pública (DIP) y el Servicio de Enlace con las Organizaciones No Gubernamentales (SENG). Vamos a centrarnos en nuestra labor con el DIP.

El DIP ha celebrado 66 conferencias internacionales con la comunidad de ONG con el fin de hacer progresar sus objetivos en común. La 66? Conferencia Anual del Departamento de Información Pública para las ONG, celebrada en Gyeongju (República de Corea), fue la primera conferencia internacional de este tipo que tuvo lugar en Asia. En su organización colaboraron el DIP, el Comité Ejecutivo ONG-DIP y el Comité Organizador Nacional y el Gobierno de la República de Corea.

El tema de la conferencia —La educación para la ciudadanía mundial: alcancemos juntos los Objetivos de Desarrollo Sostenible— supuso una de las primeras oportunidades que se brindó a las ONG internacionales para debatir sobre los ODS adoptados. En la conferencia, las ONG llevaron a cabo un exhaustivo debate sobre la educación para la ciudadanía mundial y los ODS. Los autores de este artículo ejercieron como copresidentes de la conferencia, que reunió a 3.700 representantes de 80 naciones y 620 ONG regionales e internacionales. La conferencia dio lugar al Plan de Acción de Gyeongju y la Declaración para la Juventud de Gyeongju.

La historia de posguerra y las aspiraciones futuras de la República de Corea inspiraron la conferencia. Las Naciones Unidas desempe?aron un papel fundamental en la reconstrucción de la República de Corea después de la guerra de Corea. El país aprovechó las inversiones en educación como una herramienta para sacar a sus ciudadanos de la pobreza. El ex Secretario General Ban Ki-moon fue uno de esos estudiantes. En la actualidad, la República de Corea tiene uno de los mejores sistemas de educación primaria y secundaria del mundo, y considera que la ciudadanía mundial es una cuestión de responsabilidad nacional. Así como el mundo ayudó a la República de Corea a desarrollarse e industrializarse, ahora el país asiste a las naciones en desarrollo en su progreso social y económico.

Las tensiones existentes entre el Sur y el Norte también estuvieron presentes en la conferencia. Los oradores debatieron sobre su labor de asistencia a los desertores del Norte para integrarse en el Sur. En la actualidad, la República de Corea y la República Popular Democrática de Corea tienen diferentes culturas nacionales, entre las que se incluyen las diferencias en el idioma, cuyo vocabulario es diferente hasta en un 50%8. ?En qué se basaría una nación coreana reunificada para originar nuevas normas e instituciones? La ciudadanía mundial podría formar la cimentación común para los dos países. Los libros de texto, por ejemplo, podrían poner de relieve la ciudadanía mundial y el valor de armonizar las dos culturas. Las soluciones a los retos que enfrentan todas las naciones se pueden abordar parcialmente a través del prisma de la ciudadanía mundial.

El último día, los participantes en la conferencia aprobaron el Plan de Acción de Gyeongju, que plasma el espíritu, las voces, los acalorados debates y la participación constante de las jornadas y pone de manifiesto las importantes ense?anzas adquiridas en el foro. En el Plan de Acción se afirma que “[l]a educación para la ciudadanía mundial es una estrategia esencial para hacer frente a los desafíos mundiales, así como para promover la igualdad de género, facilitar la erradicación de la pobreza y el hambre, crear capacidades, eliminar la corrupción y prevenir la violencia”9.

?Entre sus muchas recomendaciones, en el Plan de Acción se insta a la creación de un Día Internacional de la Educación para la Ciudadanía Mundial. A raíz de la conferencia se creó un Comité Directivo para este día, del cual somos miembros fundadores. El objetivo del Comité es promover la adopción por parte de la Asamblea General de un día internacional que se incluya en el calendario de las Naciones Unidas. En el Plan de Acción se especifica que un día internacional contribuiría “a promover la educación para la ciudadanía mundial, el aprendizaje para el compromiso cívico y la alfabetización para el empoderamiento a nivel popular”10.

Se han puesto en marcha también otras nuevas iniciativas que están ayudando a mejorar la conciencia y el apoyo a la ciudadanía mundial. En Nueva York, la Oficina de las Naciones Unidas de la Comunidad Internacional Bahá?í promueve la Coalition for Global Citizenship, que aplica el prisma de la ciudadanía mundial a los retos que enfrentan las Naciones Unidas. El pasado oto?o, la Asia Society puso en marcha un nuevo centro para la educación mundial con el fin de preparar a sus estudiantes para el empleo y la ciudadanía. En julio de 2017, la Handong Global University organizó la ceremonia de inauguración del Ban Ki-moon Global Education Institute en apoyo de la Iniciativa Impacto Académico. Estas y muchas otras iniciativas atestiguan que la educación para la ciudadanía mundial puede ofrecer estrategias relativamente económicas pero efectivas para fortalecer el desarrollo sostenible en este siglo. El ex Representante Permanente Adjunto de la República de Corea ante las Naciones Unidas en Nueva York, Embajador Hahn Choong-hee, resumió recientemente este potencial transformador al se?alar que la educación para la ciudadanía mundial “es nuestra meta integral y final para todos los ODS, incluso para todo el proceso de las Naciones Unidas. Esta es una tarea común y será la responsabilidad solemne de nuestra generación para con nuestra próxima generación de ni?os”11.

Existen importantes variaciones en el modo en que cada persona se identifica con la ciudadanía mundial en todo el mundo. En una encuesta de GlobeScan realizada en 2016 a 20.000 personas de 18 países, el 56% de los encuestados de economías emergentes se consideraban antes que nada ciudadanos mundiales, en lugar de ciudadanos nacionales. En los países industrializados, la autoidentificación con la ciudadanía mundial alcanzó su punto máximo en 2009, y ahora es del 42%12. Advertimos que esta puede no ser una tendencia temporal. Depende en gran medida de nuestra capacidad colectiva de invertir, a través de nuevas alianzas, en un futuro que sea cualitativamente mejor para las personas y para nuestro planeta. Hemos tratado de explicar nuestras razones para instar a tales inversiones.

En conclusión, le invitamos a ser más curioso sobre la ciudadanía mundial. Al adoptar los valores y objetivos articulados en el Plan de Acción de Gyeongju, podemos lograr muchos éxitos en el futuro. Aplaudimos la posibilidad de que casi la mitad de la humanidad (49%) se identifique actualmente con la ciudadanía mundial13. Ahora no es el momento de la complacencia, sino más bien de pasar a una acción urgente y basada en principios. La ciudadanía mundial no necesita suplantar al nacionalismo, sino que ofrece oportunidades nuevas y más saludables para el desarrollo pacífico y sostenible. Para nosotros, la ciudadanía mundial es la máxima expresión del nacionalismo, ya que proporciona la base más firme para la prosperidad y la felicidad ampliamente compartidas.

Notas

  1. International Development Education Association Scotland, “What is global citizenship?” (2014). Disponible en .
  2. Ronald C. Israel, “What does it mean to be a global citizen?”, Kosmos (primavera-verano de 2012). Disponible en .
  3. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), “Educación para la ciudadanía mundial” (2015). Disponible en .
  4. Fernando M. Reimers y otros, Empowering Global Citizens: A World Course (2016). North Charleston (Carolina del Sur), CreateSpace Independent Publishing Platform, pág. xix.
  5. Carlos Alberto Torres, “Global citizenship and global universities: the age of global interdependence and cosmopolitanism”, European Journal of Education Research, Development and Policy, vol. 50, núm. 3 (septiembre de 2015), págs. 262 a 279, citado en Chong Jae Lee, “Global citizenship education South Korean post-secondary institutions: towards better education platform” (2016), United Nations Academic Impact Korea (Seúl, República de Corea), pág. 19.
  6. Paul Raskin, Journey to Earthland: The Great Transition to Planetary Civilization (2016). Boston, Tellus Institute, pág. 13.
  7. Martin Luther King, Jr., “Carta desde la cárcel de Birmingham” (16 de abril de 1963), en Por qué no podemos esperar, de Martin Luther King, Jr. El PDF del documento original está disponible en
    undecided/630416-019.pdf.
  8. Kwon, “An Analysis of North Korean Refugees’ Korean Language Use, and Policy Suggestions”, The National Institute of Korean Language Journal, 22(3), 31. Vol. 22, núm. 3 (2012), pág. 31.
  9. Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas “Education for Global Citizenship: The 66th UN DPI/NGO Conference Final Report”, Gyeongju (República de Corea), 30 de mayo a 1 de junio de 2016, pág. 70. Disponible en .
  10. Ibid., pág. 72.
  11. Centro de Asia y el Pacífico de Educación para el Entendimiento Internacional y Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura “El valor de la ECM para las Naciones Unidas se destaca en el Seminario de ECM de la ONU 2017”, 30 de junio de 2017. Disponible en .
  12. GlobeScan, “Global citizenship a growing sentiment among citizens of emerging economies, Global poll”, 27 de abril de 2016. Disponible en .
  13. Ibidem.